Los logotipos son esos elementos que identifican una marca, que transmiten personalidad y que quedan fijados en la mente de los usuarios. Un mal diseño puede dar al traste con la campaña de marketing más elaborada o no causar ese impacto imprescindible que se necesita para que el logo se relacione de inmediato con la empresa.7
Diseños que pueden funcionar muy bien en unos casos pueden ser un gran fracaso en otros. No hay fórmulas mágicas para diseñar logotipos, pero sí hay una serie de errores que conviene evitar.
1. No tener en cuenta a la audiencia
El diseño de los logos tiene que plantearse desde un objetivo: atraer y fijarse en el recuerdo del público objetivo. Centrarse en gustos particulares y olvidarse de los usuarios es un error de base. En muchos casos, el logotipo es la primera imagen que van a percibir de la empresa. Y esa primera impresión es casi siempre fundamental para transmitir un mensaje y crear confianza o generar justo el efecto contrario.
2. Una tipografía inadecuada
Una mala elección de las fuentes es capaz de arruinar logotipos que con otro tipo de letra funcionarían sin problemas. La tipografía debe estar en consonancia con el estilo y la personalidad de la empresa y en equilibrio con icono que la representa: hay tipografías que transmiten elegancia y sofisticación, otras simpleza y serenidad, algunas son rompedoras y otras muy clásicas. Se trata de elegir bien y de no mezclar varios tipos.
3. Mala elección de colores
Los colores tienen un componente psicológico muy fuerte, por eso, arriesgarse en exceso con ellos a la hora de diseñar logotipos puede ser contraproducente. Si la marca tiene un color identificativo, debe estar en el logo. Si no lo tiene, conviene optar por alguno que represente bien la personalidad de la empresa. Y, sobre todo, hay evitar la saturación de colores o mezclas que puedan resultar molestas.
4. Demasiado recargado
La simplicidad excesiva a veces no dice nada a quien observa los logotipos, salvo que sean representativos de empresas muy conocidas. Pero eso no significa que haya que caer exactamente en lo contrario. Los logotipos deben ser limpios, con los elementos precisos para transmitir el mensaje, ni más ni menos. No hay que olvidar que a veces se usan en tamaño muy reducido, lo que impide ver detalles.
5. Logos sin un sentido claro
Es un error emplear formas demasiado abstractas que no aporten significado al usuario, lo único que harán será confundirle. Al contario, una de las claves del éxito de los logotipos es que sean capaces de transmitir el mensaje. A veces, lo más sencillo es lo más efectivo, por ejemplo, un círculo transmite unidad, mientras que un triángulo representa el poder.
6. Caer en las modas
Los logotipos que triunfan son aquellos que son intemporales, al fin y al cabo, las modas pasan. Se trata de ofrecer un símbolo de la marca que perdure en el imaginario popular. Si se siguen las tendencias, lo único que ocurrirá es que quede desfasado en muy poco tiempo y sea necesario renovarlo, con el consiguiente gasto para la empresa y confusión para los usuarios.
7. No emplear logotipos vectoriales
Se ha conseguido un diseño perfecto, limpio, atemporal y capaz de transmitir el espíritu de la marca al público objetivo. No es suficiente. Quedarse ahí es un error que se puede pagar muy caro si no se tiene en cuenta la impresión. Si en el diseño se usan mapas de bits, al escalar la imagen el resultado serán logotipos pixelados. Evitarlo es tan sencillo como emplear vectores, ya que el logo no perderá calidad al ampliarlo.
8. Copiar otros logos
Es, sin duda, el peor de los errores. En primer lugar, porque es muy fácil caer en el plagio. Y, en segundo lugar, porque cada marca es única, y único debe ser su logo. Inspirarse demasiado en logotipos ajenos hará que se pierda esa esencia, además de que inducirá a la confusión a la audiencia. Al final, la creatividad siempre triunfa.
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